El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió al mundo al anunciar que planea reunirse con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en Budapest, Hungría, con el objetivo de “buscar una salida” al conflicto entre Rusia y Ucrania, que ya supera los tres años desde su inicio en febrero de 2022.
El anuncio fue realizado a través de Truth Social, la red social del propio mandatario, donde afirmó que ambos gobiernos ya han iniciado preparativos con equipos de alto nivel. “Las primeras reuniones estarán dirigidas por el secretario de Estado, Marco Rubio, junto con otras personas aún por designar. Luego, el presidente Putin y yo nos reuniremos en Budapest para ver si podemos poner fin a esta guerra ‘sin gloria’”, escribió Trump.
La reunión se dará luego de la visita del mandatario estadounidense a Egipto, donde encabezó una cumbre de paz en Gaza que logró una tregua entre Israel y Hamás. De acuerdo con medios internacionales, este nuevo esfuerzo diplomático busca posicionar a Estados Unidos como el principal mediador global, especialmente tras los recientes ataques rusos contra infraestructura energética ucraniana.
El encuentro con Putin también coincide con la visita del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a Washington, quien busca convencer a Trump de autorizar el envío de misiles Tomahawk y sistemas antiaéreos Patriot. Estas armas permitirían a Ucrania golpear más profundo dentro del territorio ruso, lo que Moscú considera una “provocación directa”.
Trump ha sido ambiguo sobre su postura: “Ucrania quiere pasar al ataque, voy a tomar una decisión al respecto”, declaró el miércoles. No obstante, también advirtió que el uso de misiles Tomahawk sería “un nuevo paso agresivo”, mostrando cierta cautela ante una posible escalada bélica.
La última vez que ambos líderes se reunieron fue el 15 de agosto en Alaska, sin resultados concretos. Sin embargo, fuentes cercanas al Departamento de Estado señalaron que esta nueva cita en Hungría podría abrir un canal más estable de negociación, especialmente ahora que la Unión Europea enfrenta presiones internas por los costos energéticos y el desgaste político de apoyar a Kiev.
Budapest, gobernada por Viktor Orbán —uno de los pocos aliados europeos cercanos al Kremlin—, se perfila como el escenario perfecto para un intento de acercamiento diplomático entre Washington y Moscú.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela este nuevo intento de Trump por presentarse como mediador global, justo en un momento clave de su administración.